Bienvenido. En este blog, queremos hablarte sobre el cáncer cervicouterino, una enfermedad que afecta a muchas mujeres en todo el mundo. Si te preocupa este tema, estás en el lugar correcto. Permítenos explicarte lo esencial en un lenguaje sencillo y
claro.
¿Qué es el cáncer cervicouterino? El cáncer cervicouterino es un tipo de cáncer que afecta al cuello uterino, una parte importante del sistema reproductivo femenino. Es causado principalmente por una infección persistente con el Virus del Papiloma Humano (VPH).
¿Cuáles son los síntomas? En etapas tempranas, el cáncer de cuello uterino puede no presentar síntomas. Sin embargo, los síntomas comunes pueden incluir sangrado vaginal irregular o abundante, especialmente después de las relaciones sexuales, así como dolores pélvicos o en la parte baja de la espalda.
Factores de Riesgo Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino, como tener relaciones sexuales a una edad temprana, tener múltiples parejas sexuales, fumar, y tener infecciones de transmisión sexual como la clamidia o el herpes genital.
Pruebas de Diagnóstico Para diagnosticar el cáncer de cuello uterino, se realizan pruebas como la colposcopia, que permite una visualización detallada del cuello uterino, y la biopsia cervical, donde se toma una muestra de tejido para su análisis.
Tratamiento y Estadificación El tratamiento para el cáncer cervicouterino depende de la etapa en la que se encuentre la enfermedad. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estas.
Prevención La prevención es fundamental en la lucha contra el cáncer de cuello uterino. Las pruebas de detección, como el Papanicolaou, son clave para detectar cambios precancerosos en el cuello uterino antes de que se conviertan en cáncer. Además, la vacunación contra el VPH puede ayudar a prevenir la infección por este virus.
¿Por qué es importante el tamizaje? El cáncer cervicouterino es altamente prevenible y tratable si se detecta a tiempo. El tamizaje, que implica pruebas de detección regulares, como el Papanicolaou (también conocido como citología vaginal), es fundamental para identificar cambios precancerosos en el cuello uterino antes de que se desarrollen en cáncer invasivo.
¿Con qué frecuencia deben realizarse los estudios de detección? Las pautas varían según la edad y los factores de riesgo individuales, pero en general se recomienda lo siguiente:
- Mujeres de 21 a 29 años: un Papanicolaou cada tres años.
- Mujeres de 30 a 65 años: un Papanicolaou junto con una prueba de VPH cada cinco años o un Papanicolaou solo cada tres años.
- Después de los 65 años: pueden dejar de realizarse pruebas de detección si han tenido resultados normales previos y no tienen otros factores de riesgo significativos. Y en Lapi contamos ahora con una prueba de sangre para la detección de células anormales en el cuello uterino, llamada Preventix.
¿Qué pasa si se detecta algo anormal? Si los resultados del tamizaje muestran células anormales o presencia de VPH de alto riesgo, es crucial seguir las indicaciones de tu médico. Esto podría implicar pruebas de seguimiento más frecuentes, colposcopia (un examen visual del cuello uterino) o biopsia para obtener más información y determinar el tratamiento adecuado, si es necesario.
Conclusión El cáncer cervicouterino es una enfermedad seria, pero con detección temprana y tratamiento adecuado, las probabilidades de recuperación son altas. Si tienes preocupaciones o preguntas sobre tu salud reproductiva, no dudes en hablar con tu médico. Recuerda, tu salud es lo más importante.
Esperamos que esta información te haya sido útil y te haya ayudado a entender mejor el cáncer de cuello uterino.
Recuerde, la prevención es clave cuando se trata de su salud. No dude en contactarnos para programar sus chequeos regulares de Preventix, colposcopía o papanicolaou en base líquida y cuidar de su próstata y su bienestar general.
¡Calidad de vida para mejorar el futuro!
Referencias:
- Consenso Nacional Intersociedades sobre Cáncer de Cuello Uterino Agosto 2015. (2017). Revista Argentina de Radiología / Argentinian Journal of Radiology, 81(2), 157–177. https://doi.org/10.1016/j.rard.2016.11.001
- Dasari, S., Wudayagiri, R., & Valluru, L. (2015). Cervical cancer: Biomarkers for diagnosis and treatment. Clinica Chimica Acta; International Journal of Clinical Chemistry, 445, 7–11. https://doi.org/10.1016/j.cca.2015.03.005
- Johnson, C. A., James, D., Marzan, A., & Armaos, M. (2019). Cervical cancer: An overview of pathophysiology and management. Seminars in Oncology Nursing, 35(2), 166–174. https://doi.org/10.1016/j.soncn.2019.02.003
- Small, W., Strauss, J. B., Jhingran, A., Yashar, C. M., Cardenes, H. R., Erickson-Wittmann, B. A., Gullett, N., Kidd, E., Lee, L. J., Mayr, N. A., Moore, D., Puthawala, A. A., Rao, G. G., Varia, M. A., Wahl, A. O., Wolfson, A. H., Yuh, W., & Gaffney, D. K. (2012). ACR appropriateness criteria® definitive therapy for early-stage cervical cancer. American Journal of Clinical Oncology, 35(4), 399–405. https://doi.org/10.1097/coc.0b013e3182610537
